Salud mental en cuarentena y sus efectos en adultos mayores

La aparición de la pandemia en el mundo de manera abrupta y repentina, una enfermedad que se asoma como algo desconocido e inexplorado para todos puede generar incertidumbre, temor, ansiedad y preocupación. Debemos estar conscientes de que ante una situación como esta es natural y esperable que puedan surgir y nos puedan invadir emociones como la angustia y el estrés.

Sumado a esto, la medida de salud pública de distanciamiento social, una medida que altera significativamente nuestra rutina y la manera habitual que teníamos de convivir, nos puede hacer sentir solos, aislados y aburridos, ya que no estábamos preparados emocionalmente para enfrentar un cambio como este en nuestras vidas.

La pandemia ha afectado a todos de distintas formas, sin embargo, como adultos mayores somos considerados un grupo de riesgo y puede traer consecuencias a nivel de nuestra salud emocional. Es importante estar alerta ante ciertas señales;
¿Qué podría ocurrirnos durante este período?

• Temor a contagiarnos, contagiar a otros o perder la vida.
• Temor a que nuestros seres queridos se contagien.
• Falta de rutina: Perdida de la estructura a la que estamos acostumbrados.
• Incertidumbre y desesperanza por la situación que acontece.
• Miedo, ansiedad, irritabilidad y rabia.
• Desórdenes en los hábitos alimenticios: Pérdida de apetito o aumento de peso.
• Cambios en nuestro estado de ánimo.
• Insomnio, dificultades y alteraciones en los hábitos y rutinas del sueño.
• Preocupación excesiva y angustia: ideas irracionales y catastróficas.
• Aislamiento y retraimiento: Pérdida del contacto social.
• Sentimientos de frustración, aburrimiento, y soledad.

Para evitar esto y enfrentar de mejor manera el período de confinamiento y cuidar nuestra salud mental, es importante:

• Ordenar y esquematizar nuestras rutinas. (Horarios, planes y organización semanal)
• Evitar exponernos constantemente a noticias e información que podría angustiarnos.
• Mantenernos en comunicación constante con nuestros seres queridos, evitar aislarnos y buscar conectarnos. Expresar cómo nos sentimos y lo que nos pasa, compartir nuestra experiencia ayudará a sentirnos acompañados aún a distancia.
• Procuremos de realizar ejercicios aeróbicos y de estiramiento. Nos ayudará a cuidar músculos y articulaciones y nos hará sentir activos y animados.
• Es importante mantener una dieta saludable y equilibrada.
• Incluyamos actividades lúdicas e intelectuales que nos ayuden a mantener activas nuestras funciones cognitivas (lectura, escritura, crucigramas, puzzles, pintura, etc.).
• Incorporemos en nuestra rutina ejercicios de respiración profunda y busquemos exponernos a la luz solar en la medida de lo posible.
• Busquemos actividades que nos produzcan placer, disfrute y nos permitan cambiar de foco (música, baile, películas, etc.)

Este período supone un intenso desafío para todos, es importante tener estas consideraciones en mente y hacer un esfuerzo por mantenernos activos, conectarnos con el presente y estar conscientes de que esto es una etapa y que no durará para siempre. Recibe este momento de transición como un momento de desarrollo individual, como una ventaja para explorar y tolerar nuestras dificultades, de encontrarnos y reencontrarnos con nosotros mismos y nuestra realidad. Como un tiempo de conexión y de construir sentido.

Si estás cerca de un adulto mayor, recuerda mantenerte en constante contacto con él, procura hacerlo sentir escuchado y comprendido.